Tal y como dijo Lao-Tse: “Un viaje de mil millas comienza con un paso”. Hoy martes 1 de enero damos comienzo al 2019 con el primero de los 365 días de este nuevo año. Comienza el viaje con el primero de los pasos.

365 días que haciendo referencia a la famosa frase de Abraham Lincoln de “Lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años”, no significará vivir más; pues se puede vivir más habiendo vivido menos y vivir menos habiendo vivido más. El Carpe Diem de Quinto Horacio Flaco.

Atrás dejamos gran cantidad de memorias y recuerdos como El Gran Derbi del Sánchez Pizjuán, La toma del Duomo, de San Siro y la Conquista de Milán. Sin olvidar la gesta del Camp Nou, que no fue mas que pequeño gesto de amor para devolver la fe a aquellos que por momentos la estaban perdiendo, y un regalo para los que nunca lo abandonaron.

Fueron tiempos para recordar al Guerrero de La Luz, que se alegra de las victorias pero no permite que la euforia se apodere de su tropa. Porque sabe que la falta de HUMILDAD le debilita, y que hay más batallas importantes que librar, que perder y que ganar, para conquistar.

Atrás queda el año de la vuelta a la Europa League, el del premio a un año de trabajo. El del fruto de nuestra capacidad para SUPERAR los malos momentos. El de la consecuencia de trabajar con ALEGRÍA y ENTUSIASMO, el de ser una auténtica FAMILIA. El de la recompensa a nuestra PACIENCIA y FORTALEZA para seguir creyendo. Porque CREER no es una emoción, ni una elección, ni una decisión, y ni tan siquiera un sentimiento. Creer es una forma de SER. No se trata de que las cosas sucedan para creer, sino de creer para que las cosas sucedan.

Los bélicos en la Plaza del Duomo el día de la historía victoria frente al Milan en San Siro por 1 gol a 2.

Un año, el 2018, que voy a recordar con GRATITUD, la que Cicerón describía como “la más grande de las virtudes y la madre de todas las demás”, que es propia de almas nobles y hace hablar al corazón. Que la ingratitud, hija de la soberbia, no lo haga callar.

Un año en el que volví a disfrutar de mi oficina. El lugar donde no existe la memoria, donde el ayer ya es pasado, y donde lo hecho hasta el momento ya no cuenta. El espacio donde construyes el mañana con lo que haces en el hoy: la oficina. La bendita oficina.

El lugar donde, tal y como decía John Withmore, debemos asumir nuestra RESPONSABILIDAD y ayudar a otros a que hagan lo mismo. Porque no tenemos todas las respuestas, pero podemos ayudar a otros a encontrar las suyas. El espacio donde renunciamos a la obsesión del resultado para estar completamente concentrados en el cumplimiento del trabajo. Porque creemos que ese es el camino para alcanzar las metas.

El 2018 ha sido un año en el que he aprendido mucho, incluso de los animales. El tigre me enseño que la CONSTANCIA es la virtud por la que todas las cosas dan su fruto. Un animal que solo tiene éxito en uno de cada veinte intentos de caza. Pero acepta, no abandona y persevera. Y su CAPACIDAD para TOLERAR la FRUSTRACIÓN es lo que le mantiene con vida.

Y qué decir de la jirafa, el único animal mudo que existe y que no puede hablar al no tener cuerdas vocales. Posee una lengua muy larga con la que se limpia las orejas para escuchar mejor. Con ello me enseño que cuando uno no puede ni sabe HABLAR, no puede hacer otra cosa que callar y ESCUCHAR. El lobo me hizo ver que solamente adueñarse de lo necesario para VIVIR. A pesar de ser territorial, el lobo solo patrulla y se adueña de espacios reducidos si la caza es abundante. Tan solo en el caso de que no sea así, los amplia.

Durante una sesión de entrenamiento a puerta abierta en el estadio Benito Villamarín.

Los pingüinos, por otro lado, me mostraron que la SOLIDARIDAD tan sólo aparece cuando el “YO” se reemplaza por el “NOSOTROS”. No por nada se protegen del frío acurrucándose en grupo, y una vez que los de dentro están calientes se mueven hacia el exterior para que los de fuera ocupen su posición y puedan también calentarse.

El 2018 me dio la oportunidad de aprender incluso de alguna serie de televisión. Sin ir más lejos el Doctor Shaun Murphy me enseño que para SER HUMILDE, hace falta tener una FORTALEZA que muy pocos poseen. Fortaleza para estar abajo y sentirse bien, aún siendo pisado por los que están arriba.

Este peculiar doctor me enseño también que en situaciones totalmente adversas, las experiencias y posibilidades menos negativas pueden ser consideradas como motivo de alegría. La felicidad negativa sobre la que escribió Viktor Frankl en “El hombre en busca de sentido”, sobre la que estuve leyendo durante mis tardes de Triana, Guadalquivir y libros.

El bueno de Viktor también decía que las personas, hasta en las situaciones adversas, tenemos la libertad de elegir nuestra actitud personal ante ese conjunto de circunstancias. El Guerrero de La Luz, siguiendo este hilo, decía también que cada persona tiene LIBERTAD para elegir su camino. Y que perseguir sueños requiere de COMPROMISO y de algunos SACRIFICIOS, que es necesario enfocar la ATENCIÓN y la ENERGÍA hacia la consecución de los OBJETIVOS, y que perder el foco nos aleja de nuestras METAS.

En la habitual cena de Navidad de club junto a Dani Rebollo, Joel Robles, Pau López y Andrés.

Unas metas de las cuales nos alejamos cuando nos centramos en la PROTESTA y en la QUEJA, a las cuales Wayne W. Dyer definía como “El refugio de la gente que desconfía de sí misma”. La aceptación implica no quejarse, y la felicidad implica no protestar por lo que no tiene remedio o por lo que no hay nada que hacer, añadía.

La realidad es que la resistencia a las circunstancias, a lo que son, a la verdad, nos desgasta. Y la única manera de superarlas, de conquistarlas, es aceptándolas. Aceptar pues, nos hace inmunes y nos fortalece ante las circunstancias. La verdad es que este 2018 ha sido un año de APRENDIZAJE, de auténtico aprendizaje.

Para el 2019, además de salud, tan solo pido seguir entendiendo a la perfección el lema de “Grandes sueños, expectativas moderadas y necesidades pequeñas”, porque son el secreto de la FELICIDAD. Y porque a pesar de que la realidad puede en ocasiones no cubrir las expectativas, el destino de la vida no es estar decepcionados, sino vivir ilusionados.

Poder seguir viviendo con VIRTUDES y CARENCIAS, que no defectos. Y hacerlo en LIBERTAD permitiéndonos mostrarnos tal y como sentimos y somos. Saber perdonarnos y entender que la vida es un constante CAMBIO. ACEPTAR las decisiones, para bien y para mal, que vamos tomando. Y tener CARÁCTER y PERSONALIDAD para vivir siendo auténticos. Entender que nuestro QUÉ multiplica enormemente su valor cuando el POR QUÉ está relacionado con ayudar a los demás y el CÓMO asociado a los valores.

Comprender que el QUÉ, el POR QUÉ y el CÓMO definen QUIÉNES somos. Y que la realidad es que ninguna persona, en cualquier ámbito de la vida y del trabajo, jamás podrá ofrecernos su mejor versión si no se siente querida, valorada y apreciada.

Asimilar, tal y como decía Wayne W. Dyer, que El verdadero barómetro de la inteligencia es una vida feliz y efectiva vivida cada día y en cada momento de cada día. Y que si eres feliz y vives cada momento, aprovechando al máximo sus posibilidades, eres una persona inteligente.

No olvidar que los jugadores obedecen cuando se les enseña, no cuando se les manda. Que “La tarea del educador moderno no es cortar selvas, sino regar los desiertos” (Clive Staples Lewis), y que tan solo se puede predicar (educar, enseñar) con el ejemplo.

Continuar centrando el proceso de mejora en la PERSONA y en el modelo de ENSEÑANZA, no solo en la técnica y en la táctica, creando un entorno adecuado para el APRENDIZAJE natural y la aparición de una eficiencia ágil, no rígida ni dirigida, ni sesgada ni condicionada. Hacer caso a la INTUICIÓN; esa voz interior también conocida como sexto sentido coloquialmente llamada corazonada. Esa forma de búsqueda de información, en el interior de uno mismo, que no depende ni de la lógica ni del razonamiento, que no es otra cosa que la llamada de atención del ALMA. Recordar que la PRUDENCIA ahorra muchos disgustos, y que las prisas son malas consejeras.

Durante una sesión a puerta abierta en el estadio Benito Villamarín.

Prepararme, tal y como dijo Tim Westergren, para un largo e incierto viaje, porque las buenas cosas no vienen fácilmente. Si realmente valen la pena, nunca es fácil. No dudar en ningún momento de aquella famosa frase de Joseph Turner que dice: “Si respetas la importancia de tu trabajo, éste te devolverá, probablemente, el favor”.

Seguir pensando que la base del desarrollo del TALENTO y del RENDIMIENTO no está en la imposición, sino en provocar el aumento de la RESPONSABILIDAD y el COMPROMISO, hacia su propia mejora, del jugador.

Recordar, tal y como dijo Marco Tulio Cicerón, que “La persecución, incluso de las mejores cosas, debe ser calmada y tranquila”, y que la virtud más valiosa que podemos tener es el equilibrio entre el corazón, la mente y el alma. Saber que el refuerzo positivo tiene valor siempre y cuando nos salga del corazón, y que la crítica ayuda cuando es realizada desde el respeto, el cariño y el afecto.

Intentar vivir con un CORAZÓN en calma. Con HUMILDAD para saber perdonar, sin perder nunca la DIGNIDAD. Sabiendo que los conflictos ponen a prueba nuestra ÉTICA y nuestros VALORES, que nos ayudan a CRECER, y nos fortalecen a través de la EXPERIENCIA obtenida al afrontarlos.

Dar únicamente valor a lo conseguido cuando sea alcanzado a través de los VALORES, porque si los objetivos no están relacionados con la HONESTIDAD y con la ÉTICA no adquieren un verdadero significado. Tan solo pido poder disfrutar del caminar, que es la VIDA. Un faro que sirva de guía, que es el SENTIDO. Un horizonte que represente el futuro, la ILUSIÓN, y seguir aprendiendo del camino recorrido, que son las enseñanzas del pasado y las EXPERIENCIAS.

No pido más que HUMILDAD para no olvidar nunca de dónde vengo, AMBICIÓN (que no exigencia) para saber a dónde voy, ILUSIÓN como herramienta de TRABAJO, RESPETO para tener una sana convivencia y PACIENCIA, el arte de tener FE en alcanzar la meta. No pido más que vivir alineado con lo que pienso, siento, digo, escribo y hago, dar continuación al camino y disfrutar de 365 días más de viaje. De viaje… hacia ÍTACA.

Jon Pascua Ibarrola (Martes, 1 de Enero de 2019)