El equipo celebrando en el vestuario la victoria frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu por 0 goles a 1.

Estadio Santiago Bernabéu, miércoles 20 de septiembre de 2017. Real Madrid 0 Real Betis Balompié 1. Dentro de unos años podré gritar aquello de ¡Yo estuve allí aquel día!.

Y estuve con el Betis, con unos tipos que se partieron el alma para llegar con vida a los últimos minutos del encuentro. Unos tipos que tras una parada de Antonio Adán y 22 pases en los que participó todo el equipo, y que fueron culminados con un cabezazo de Tony Sanabria, acabaron con una gran racha del Real Madrid y les vencieron en su estadio.

Una victoria especial, seguramente por el escenario y la entidad del rival, pero que se elabora de la misma forma que todas; trabajo diario. Y esto, para los que vivimos la vida desde el corazón es igual en Mamelodi Sundowns (Sudáfrica) o en los Azkals (Selección Nacional de Filipinas).

Estas victorias se fraguan en las sesiones de trabajo diario, saltando cada mañana a los campos de entrenamiento con la idea de abandonarlo con la sensación de que te mereces estar donde estás, sintiéndote un afortunado. Y esa sensación, es la que tienen que reflejar los jugadores en el campo. La única presión que todos los que convivimos con el fútbol debemos sentir es la de la obligación que tenemos de llevar nuestro trabajo a la excelencia. Uno, esté donde esté; en el continente, país, equipo y categoría que sea, tiene la obligación de vivir el trabajo de esa manera.

Los jugadores de la selección nacional de Filipinas celebrando la victoria frente a Tayikistán por 3 goles a 4.

Tan solo así podremos conseguir nuestros sueños y pelear por obtener buenos resultados. Y esto es tan cierto como decir que nosotros, los entrenadores, en cualquiera de las categorías en las cuales desempeñemos nuestro trabajos, debemos de predicar con el ejemplo.

19 años, 228 meses, 990 semanas, 6935 días… 6935 noches son las que han pasado desde que el Real Betis Balompié no tuviera una alegría como la de este miércoles 20 de septiembre en el Santiago Bernabéu. Espero que nuestros aficionados la disfrutaran, tal y como se merecen.

Y que la disfrutaran tanto como lo hicimos nosotros una vez acabado el encuentro. Uno lleva ya un tiempo dando tumbos por el mundo observando y conviviendo con diferentes tipos de culturas, personas y entornos para darse cuenta de lo que es realmente importante para que se produzcan victorias como esta.

Indudablemente, la parte importante es el grupo. Y eso, tampoco cambia, tal y como pueden observar en las fotos, en ninguna parte del mundo. Sin duda alguna, todos estos momentos vividos en diferentes vestuarios, han sido de lo mejor que me ha regalado el fútbol a lo largo de los 16 años que llevo dedicándome como entrenador al mundo de la portería. Momentos de la única felicidad que se puede “contar”: la compartida.

Los jugadores del Mamelodi Sundowns sudafricano durante la celebración del título de campeón de liga.

Desde mi humilde rincón daros las gracias a todos por todas esas felicitaciones y muestras de cariño recibidas desde todos los rincones del mundo. Un día más, y van aproximadamente 80 sesiones de entrenamiento (con el Real Betis Balompié) y 16 años haciendo lo mismo, sigo viviendo con la sensación de que nada ha cambiado en mi forma de afrontar el trabajo. Lamento no haber podido contestar personalmente a todos y cada uno de los que se tomaron su tiempo para escribirme unas palabras.

¿La frase del día de hoy? “Un entrenador no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el desarrollo de la idea. No hay que juzgar la idea, sino el sustento. Yo puedo valorar proyectos antagónicos. Lo que nunca se puede hacer para sustituir las convicciones” (Marcelo Bielsa).

Una vez más, el lunes acudiremos al Benito Villamarín con la ilusión de terminar el partido con la sensación de que seguimos mereciéndonos estar aquí, y de devolver con trabajo, mucho trabajo,  lo que les debemos a todos los que siguen y apoyan a este equipo con pasión. Desde la Ciudad del Betis como siempre con amor, mucho amor, el “Profe”. También conocido por algunos, solo por algunos, como Jon Pascua Ibarrola.