Después de cerca de 15 intensos, trepidantes, exóticos y entrañables meses de colaboración con la Selección Nacional de Filipinas, ha llegado el momento de decir adiós. Adiós a una de las experiencias más exóticas de mi vida, en un país con una cultura futbolística un tanto peculiar, y a una aventura que me ha dado la oportunidad de conocer parte de Asia, su cultura y sus gentes.

Han sido 15 meses extraños, en los cuales he tenido la sensación de alejarme del fútbol al quedar reducido mi calendario laboral a las fechas FIFA, a pesar de que las conferencias y congresos me despertaban del letargo cuando no me encontraba trabajando. Una etapa de mi vida no desaprovechada, en la cual he tenido la oportunidad de pisar 4 continentes, realizar más de 125 millas en avión, disputar una Suzuki Cup 2016 y participar en la fase de clasificación para la próxima Copa de Asia 2019.

Filipinas me ha obligado a darle “duro” a la vida. Y si bien deportivamente la experiencia no fue un salto de categoría, me puso en la cara muchas cosas que tenía que aprender como entrenador. Mi aventura en el Sudeste Asiático me llevó a tomar consciencia de muchos de mis patrones de estilo y forma en cuanto al diseño de tareas, e incluso a ordenar y estructurar los razonamientos y reflexiones que me llevaban a desarrollar de forma innata mi modelo de entrenamiento desde hacía muchos años.

A menudo, bajar dos peldaños como entrenador te llevan a ser mejor. Sobre todo si estás abierto a aprender de la experiencia. Jamás cambiaría esta etapa de mi vida por nada, porque ha sido uno de los mejores “Master” que he realizado como técnico.

Pero tal y como dijo en una ocasión Fernando Pessoa: “Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos” (Fernando Pessoa).

Un texto que utilicé para dar fin en Julio de 2015 a un espectacular ciclo de 5 largos años en África y que vuelvo a emplear ahora tras 15 meses de colaboración con los Azkals.

No puedo más que agradecer a todos los integrantes de la que ha sido mi última familia futbolística, por el cariño y trato recibidos. Gracias con todo mi corazón. ¿La frase del día de hoy? “Si eres lo suficientemente valiente como para decir adiós, la vida te recompensará con un nuevo hola” (Paulo Coelho). Desde algún lugar de la península como siempre con amor, mucho amor, el “Profe”. Ese que algunos, solo algunos, conocen como Jon Pascua Ibarrola.