Comenzando de nuevo con nuevo ciclo de 365 días al que denominamos año. Un año que es el equivalente, desde que el polímata Nicolás Copérnico lo descubriera, a  nada menos que una vuelta al sol.

El nacido en Torun (Polonia, 19 de febrero de 1473), gracias a sus investigaciones, nos mostró un nuevo paradigma tras afirmar que la Tierra no era el centro del Universo, y que esta no era más que otro de los planetas que giraban alrededor del sol. Un siglo después Galileo, astrónomo, ingeniero, matemático y físico italiano, confirmó su teoría.

Este año que cerramos, el 2023, ha significado más o menos eso para mí; un auténtico año de descubrimientos y de cambio de paradigma. Un año en el que también he tenido el privilegio de alcanzar los 51 años de vida (lo contaba así en la última nota de mi blog) y de continuar avanzando durante mi proceso. No en el futbolístico, que si bien lo considero importante no es el PROPÓSITO ni la finalidad de mi EXISTENCIA, sino en el de mi viaje.

Hoy, 31 de diciembre, puedo afirmar que este último año, el 2023, ha sido el más especial, interesante, comprometido, trabajado, provechoso y productivo de todos los que he experimentado durante este maravilloso y fantástico viaje de desarrollo y de crecimiento al que desde hace mucho tiempo llamo ÍTACA. Y hoy, una vez más y tras mucho tiempo, vuelvo a aprovechar estas fechas para disfrutar del sonido del teclado de mi ordenador. Algo, esto último, que desde hace un tiempo vengo a hacer únicamente dos veces al año.

Es por esta razón que aprovechando la ocasión me gustaría desearos algo más que un Feliz y Próspero Año Nuevo y algo más que paz, amor y felicidad. Esta vez, con vuestro permiso, e incluso sin él, os voy a desear ACTITUD para desarrollar la virtud de la FELICIDAD, RESPONSABILIDAD para trabajar la capacidad de mantener la PAZ, COMPROMISO para aprender a AMAR y SERVIR a los demás, DEDICACIÓN, en vuestras funciones, para generar vuestra propia ABUNDANCIA y SABIDURÍA para saber valorar las cosas y alcanzar la PROSPERIDAD.

Tras unas cuantas vueltas al sol, en mi experiencia, he tenido la oportunidad de descubrir que nada se nos da hecho y que cada uno, en nuestro mundo, tan solo tenemos lo que generamos y, por ende, lo que nos corresponde, aunque pensemos que somos merecedores de más y que la vida no es justa.

Para este nuevo año nada voy a pedir, pues nada quiero más que aquello que yo mismo tenga la capacidad de generar y que, por tanto, me corresponda. Este nuevo 2024 viviré con la tranquilidad que me provoca saber que tengo todo lo que necesito y que no quiero nada más que aquello que me corresponda. En este aspecto, es siempre mejor manejar dos conceptos con claridad que cientos de ellos de forma confusa. Nada como simplificar las cosas y viajar ligero.

Este año, el 2023, lo despido una vez más, con AGRADECIMIENTO hacia todos los que me habéis acompañado durante estos últimos 365 días de viaje. Agradecimiento que hago también extensible hacia aquellos que durante este nuevo año 2024, aún sin saberlo todavía, también serán parte de mi viaje y me acompañaran. Nos vemos como siempre en el camino, en el único camino, el del AMOR.