La cabeza nos hacer ser lógicos y mientras, el corazón, nos hace soñar

Tras el partido amisto disputado durante la mañana del sábado frente a un equipo de la zona de cuyo nombre, tal y como decía Don Miguel de Cervantes en el libro “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, no quiero acordarme, la familia Sundowns dio por finalizado su breve stage de pretemporada de apenas una semana en la ciudad de Polokwane, provincia de Limpopo (Sudáfrica).

Un stage en el que de nuevo he disfrutado de una manera increíble de mi trabajo con nuestros tres porteros internacionales: Kennedy Mweene (Zambia), Wayne Sandilands (Sudáfrica), Dennis Onyango (Uganda) y el joven Thela Ngobeni que sigue creciendo día a día, minuto a minuto y segundo a segundo. Hemos ido muy muy rápido, más que nunca. Quizás por el tiempo que llevamos trabajando juntos y el trabajo que hay detrás, pues el estado de forma con el que vuelven tras cada parón es cada vez mejor. Tengo la sensación de que en estos momentos, tras escasas dos semanas de pretemporada ¡Ya los tengo!.

A falta de entrenar debidamente el juego aéreo, pues aquí por temas logísticos no hemos podido hacerlo, y un par de sesiones de técnica aplicada en situaciones y espacios reales, la Premier Soccer League ya puede dar el banderazo de salida porque tengo la sensación de que ya estamos preparados. Feliz también porque esta pretemporada me ha traído de vuelta al hijo pródigo, que no es otro que el entrañable Denis Onyango. Portero por el cual, como todos ya sabéis, siento una gran debilidad. Aunque para ser sincero, la siento por todos ellos, a pesar de que cada uno me inspira esos sentimientos y emociones de diferente manera.

Si lo tuviese que expresar mediante frases diría que Wayne Sandilands sería aquella de San Bernardo que dice: “La fe abarca lo invisible, no conoce la limitación de los sentidos; y además trasciende los límites de la razón humana, el proceso de la naturaleza, y los términos de la experiencia”. Kennedy Mweene, en cambio, una especie de: “Tener carácter implica reconocer que en nuestras decisiones y acciones forzosamente conlleva a afrontar los resultados de las mismas”.

Thela Ngobeni, por otro lado, tendría algo que ver con “El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro”, de Boris Leonídovich Pasternak. Y Dennis Onyango, mi ojito derecho, sería: “El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad” del famoso Ludwig van Beethoven.

Y ¿Un servidor? Podría ser “Confía en las personas y te serán fieles, trátalos bien, y ellos se mostrarán grandes” de Ralph Waldo Emerson. Luego nosotros, todos nosotros, seguramente bien podríamos ser un mix entre aquella famosa frase de Henry Ford que dice: “Llegar juntos es el principio. Mantenerse juntos, es el progreso, trabajar juntos es el éxito”, y la de “La fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes” de Stephen Covey.

Todas estas frases podrían definir la esencia, tanto individual como colectiva, de un departamento de porteros capitaneado por alguien que entiende la pasión como la clave y el secreto para poder elevar este trabajo a un nivel superior; al de la excelencia. Y alguien al que su cabeza le hace ser lógico mientras, su corazón, le hace soñar. Estas emociones, las que se contagian con el vídeo, son las que sentimos cuando entrenamos cada mañana. Una vez más, las comparto con todos vosotros. ¿La frase del día de hoy? “La cabeza nos hace ser lógicos y el corazón nos hace soñar” Xesco Espar.

Sudáfrica, 16 de Junio de 2014.