Finalizada la “Master Class” impartida ayer en la Escuela Vizcaína de Entrenadores, no puedo más que agradecer a todos los asistentes y futuros entrenadores Nivel 3, por su hospitalidad y por el trato recibido. Un agradecimiento extensible a los órganos rectores y a su director Fernando Quintanilla “Txirri”.

Cuidaron hasta el más mínimo detalle e incluso me obsequiaron con algo que sin duda utilizaré en mis próximas  experiencias y aventuras; una mochila. Ayer, durante cerca de dos horas y media, hicimos un largo viaje en el que hablamos del liderazgo, de la ética del proceso, del resultado a través del desarrollo del talento, del respeto a la esencia del portero, del entorno de confianza, de una herramienta de gran valor como son las “conversaciones”, del abandono de la zona de confort, de la provocación del conflicto y del cambio.

Un “cambio” como herramienta para la consecución del objetivo, que son los resultados. Viajamos a través del mundo de la “intensidad” y hablamos de los aspectos que mayor impacto tienen en el rendimiento. Nos adentramos en los estados de “flow”, en el equilibrio entre el refuerzo positivo y negativo, en el autoconocimiento, en la autoconfianza y en la autonomía.

Citamos todos esos aspectos que un entrenador tiene que dominar para ser trascendente y dejar una enseñanza y un legado en el jugador que perdure en el tiempo. Y todo ello, lo hicimos desde la perspectiva y el mundo del “Entrenamiento del Portero”. No obstante, el protagonismo de la “Masterclass” se la llevaron las “sensaciones”.

Esas que, tal y como dijo en una ocasión Howard Phillips Lovecraft, tienen elementos increíbles de tiempo y de espacio y cosas que en el fondo poseen una existencia clara y definida. Esas sobre las que John Dewey nos decía que no son parte de ningún conocimiento, bueno o malo, superior o inferior. Que son más bien provocaciones incitantes, ocasiones para un acto de indagación que ha de terminar en conocimiento.

Desde aquí, la República Independiente de Bermeo, decirles a todos que espero haberlos hecho pensar y reflexionar sobre todo lo que están haciendo. Y que más que en mostrar mi modelo de entrenamiento, mi interés iba encaminado a desarrollar los argumentos que lo sustentan para que ustedes,  desde una visión más amplia, puedan elaborar u optimizar el suyo. Desearles toda la suerte del mundo y ojalá que pueden dedicarse profesionalmente al fútbol en un futuro. ¿La frase del día de hoy? “Hay que hacer caso a las sensaciones y seguir, en base a la experiencia y el conocimiento, a la intuición”. Desde Bermeo como siempre con amor, mucho amor, ese que algunos, solo algunos, conocen como Jon Pascua Ibarrola.