Si bien a mi llegada no hubo una nota de comienzo de etapa, tal y como acostumbro a  escribir tras la firma del contrato que me vincula a los clubes en los cuales he tenido el privilegio de trabajar, no he podido dejar pasar la oportunidad de escribir esta nota de despedida. Más si cabe porque es mi deseo que haya constancia, en esta mi pequeña ventana al mundo, de mi paso por el F.C Barcelona, tal y como lo hay de mis experiencias en el Real Betis Balompié, la Selección Nacional de Filipinas y el Mamelodi Sundowns sudafricano.

Ni que decir tiene que ha sido un viaje corto pero intenso. Un viaje que he finalizado no habiendo alcanzado ninguno de los objetivos pretendidos más que el de ser fiel al lema de los cinco VALORES de la entidad que me dio trabajo; como son la HUMILDAD, el ESFUERZO, la AMBICIÓN, el RESPETO y el TRABAJO EN EQUIPO, y el de cumplir la promesa realizada a mi llegada de “un trabajo honesto y un COMPROMISO sincero”. Promesa adquirida a modo de agradecimiento hacia el FC Barcelona por la oportunidad brindada de conocer desde dentro un club de su magnitud y dimensión, y que decía así: “Hoy mi viaje a ÍTACA me ha regalado más de lo que nunca habría podido imaginar. ¿A cambio? Un compromiso sincero y un trabajo honesto. La vida es un espejo que te devuelve la sonrisa que le brindas. Moltes gràcies Barça”.

Entre el comienzo y el final lo que obtuve fue la oportunidad de transitar un camino en el que la FELICIDAD ha estado más relacionada con el APRENDIZAJE que con el disfrute. Es justo y noble decirlo, sobre todo por la costumbre que uno tiene de ser honesto consigo mismo cuando escribe, o incluso cuando habla y piensa. Ha sido un viaje realmente estoico (con pandemia incluida y habiendo convivido con el COVID-19 en mis carnes) y una gran experiencia a la cual el poeta Rainer Maria Rilke daría fin con aquella famosa frase de: “Ningún poder de la tierra podrá arrancarte lo que has vivido”. Una afirmación que según el doctor Viktor Frankl abarcaría todo un conjunto de aspectos como son las vivencias, los pensamientos, las emociones y las acciones. Han sido muchas, más de las que nunca jamás habría podido imaginar.

Estas más de 40 semanas, especialmente las 12 últimas, me han traído a la memoria una de las epístolas de Lucio Anneo Séneca (mi filósofo de referencia), en la cual afirmaba que el hecho de vivir siempre feliz y pasar sin una pena en el ALMA es ignorar la otra mitad de la naturaleza, que la experiencia es necesaria para el conocimiento propio, y que las dificultades y las adversidades no son más que oportunidades para la VIRTUD y para el aprendizaje.

Es tanta mi pasión por los escritos de este cordobés que durante tiempos de confinamiento me permití el lujo de emularlo con un texto que titulé: “Crónicas de un confinamiento: Séneca, Viktor Frankl y el valor de lo intemporal”. Y no conforme con ello, di de nuevo rienda suelta a mi libre pensamiento con un segundo texto titulado “El fútbol, lo importante de la vida y la perspectiva”. Les aconsejo su lectura. Todos los seres humanos tenemos inquietudes más allá del fútbol, incluidos los entrenadores.

Esta experiencia me ha servido también para reafirmarme en la idea de que en la VIDA hay gran cantidad de factores incontrolables que no nos permiten alcanzar nuestros objetivos, y que lo único que realmente depende de nosotros es actuar en INTEGRIDAD y en armonía con nuestros VALORES. Y que esta, tal y como citaba Fred Kofman, es la fuente de FELICIDAD más profunda de las personas. Él lo llamaba “el éxito más allá del éxito”; el éxito de sentirse orgulloso de uno mismo, que nada tiene que ver con estar satisfecho con los resultados y con lo conseguido. De esto último uno jamás puede estar satisfecho cuando no logra alcanzar los objetivos. Nadie es tan estúpido para ello.

Pero sobre todo este viaje me ha enseñado dos cosas. La primera es que jamás puedes tener tanta CONFIANZA en ti mismo como para pensar que todo lo que te ha permitido tener cierto éxito en tu carrera profesional durante 20 años vaya a tener el suficiente valor para otorgártelo en un nuevo destino. “Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”, dicen los analistas financieros. Y la segunda es que de nada vale limitarte únicamente a decir cuáles son tus VALORES, que eso no es suficiente, sino que debes vivirlos plenamente de un modo que transmitas al mundo, en todo momento, que ese es el COMPROMISO que define tu VIDA, tu existencia y lo que representas.

No obstante, abandono el club orgulloso (seguramente porque estoy alineado con el concepto de Fred Kofman), que no satisfecho, frustrado pero a la vez ilusionado, fortalecido y agradecido, pues esta experiencia me ha hecho mejor entrenador y me queda una sensación de agradecimiento por ello. Estos tres últimos meses, en los cuales he estado alejado de mi trabajo, me han ayudado a verlo.

Hoy, por fin, puedo dar fin a un ciclo con un triste adiós que viene precedido de un proceso de despido que ÉTICA y moralmente me cuesta comprender, y que está total y absolutamente alejado de los valores en los cuales se sustentan mi carrera profesional, mi forma de entender el fútbol y la vida. Un proceso que me ha sorprendido y decepcionado, y que se ha convertido en la situación más triste, lamentable y desagradable de una trayectoria que, como entrenador de porteros profesional, he desarrollado con HONRADEZ en cuatro clubes (Athletic Club de Bilbao, Mamelodi Sundowns FC, Real Betis Balompié y FC Barcelona) y una selección nacional (Filipinas) en tres continentes. 

Pero tal y como decía nuestro querido filósofo cordobés: “No hay nada eterno y pocas cosas son duraderas. Cada una es frágil a su modo, sus fines varían y, en suma, todo lo que tuvo principio ha de tener fin”. Y es por esta razón que tras mi agradecimiento sincero a la llegada, la estancia estoica y el triste final, doy cierre a esta breve etapa de mi vida y de mi carrera deportiva con esta fría pero a la vez esperanzadora nota de despedida. Esperanzadora porque hoy, una vez más, sigo pensando que “El fútbol no es el fin, el fútbol es el medio” y porque estoy seguro que la VIDA, tal y como dije a mi llegada a la Ciudad Condal, continuará siendo ese espejo que me devuelva la sonrisa que le brindo. Moltes gràcies Barça. Gràcies per ser part del meu meravellós viatge a Itaca. Ens veiem pel camí.

Jon Pascua Ibarrola

– Mi despedida del Real Betis Balompié: “Un adiós no deseado, un agradecimiento sentido y un sentimiento vivido”.

– El fin de mi etapa en la selección nacional de Filipinas: “Mi adiós a una exótica y entrañable aventura con la selección de Filipinas”.